Susana, Felipe, Guerra, Arenas... otros políticos que hablaron andaluz más allá de Despeñaperros sin problemas
Montero se victimiza pidiendo al presidente de la que le «defienda» por los ataques a su acento. Otros políticos andaluces nunca se han quejado
María Jesús Montero explota el filón del acento andaluz para atacar a Juanma Moreno: «Piensan que somos analfabetos»

La vicepresidenta, ministra de Hacienda y secretaria general del PSOE-A, María Jesús Montero, fue criticada por la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que, a raíz de sus declaraciones sobre la presunción de inocencia, la acusó de ponerse « ... la camiseta de faralaes» y «venirse arriba con la bata de cola». Las declaraciones de la presidenta madrileña fueron contestadas por Montero que aprovechó para acusar a Juanma Moreno de no haberla defendido e insistió en que a las mujeres las critican más por el acento. Montero Se olvidó de que la mayoría de las críticas que recibe se refieren a lo que dice y no a cómo lo dice
Pero, independientemente de que las declaraciones de Díaz Ayuso fueran desafortunadas, hay que recordar que Montero no es la única política que habla andaluz. Ni que lo hace en Madrid. No es ni la primera ni la última que se ha subido a la tribuna del Congreso de los Diputados o de otras instituciones con acento propio de su tierra.
Antes que ella muchos políticos llevaron más allá de Despeñaperros su habla que casi siempre fue bien acogida en la carrera de San Jerónimo. La mayoría no tuvo problemas y no necesitó que nadie los defendiera ni que su forma de expresarse les provocara problema alguno.
Es el caso del expresidente del Gobierno, Felipe González, que llevó hasta la Moncloa su peculiar manera de hablar y así la mantuvo durante los años que estuvo al frente del Gobierno español. González, nacido en Sevilla, no ha abandonado su forma de hablar por más años que lleva instalado en la capital de España. Sigue sin pronunciar las s finales, aspirando la «j» y seseando en muchas ocasiones. Hasta la fecha no ha tenido problemas por ello.
Igual que le ha ocurrido siempre al que fuera durante años su número dos. El exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, que sigue viviendo en la capital hispalense, tampoco ha abandonado su acento andaluz por más tiempo que pasara en Madrid. El socialista siempre se ha pronunciado con su particular forma de hablar ya fuera desde su cargo en el Gobierno como desde la cámara baja, donde también ocupó un escaño durante muchos años.
Igual que ha ocurrido con Susana Díaz. La expresidenta de la Junta de Andalucía es otra política socialista que sigue hablando con marcado acento sevillano. Un acento que ha llevado a Madrid en numerosas ocasiones cuando ocupaba el cargo de presidenta del Ejecutivo y que sigue usando en sus numerosas apariciones en la pequeña pantalla. Porque Díaz es tertuliana habitual de las televisiones y aparece en numerosos debates. No disimula su acento del que siempre se ha mostrado orgullosa.
También algunos de los que le precedieron en el cargo. Mientras que José Antonio Griñán, quizás por su nacimiento en Madrid, nunca tuvo acento andaluz pese a los años que dedicó a la política en la comunidad andaluza, su antecesor Manuel Chaves, sí que tenía un marcado acento por su origen ceutí.
Chaves y sus «minolles»
El que fuera presidente de la Junta de Andalucía también paseó su acento por todo el país no sólo durante los diecinueve años que ocupó ese cargo, sino también durante las dos etapas que fue ministro, tanto con Felipe González como posteriormente cuando, tras dejar la Junta se marchó a un ministerio a Madrid con José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo de Chaves nunca se criticó su acento aunque se hicieran parodias con sus habituales lapsus como cuando reivindicaba los «minolles» que, a su juicio le debían a Andalucía. Su conocida dislexia fue objeto de numerosas bromas e incluso provocó que uno de los famosos «muñegotes» lo convirtieran en un personaje diario que recogía aquellos errores. Como cuando dijo que iba llevar la «anda bancha» (en lugar de la banda ancha) a toda Andalucía. Chaves nunca se quejó por aquellas burlas.
Igual que le pasó a Javier Arenas. El que fuera durante años presidente del PP andaluz y candidato a la Junta de Andalucía también ocupó numerosos cargos en Madrid, por donde paseó su acento sevillano. Arenas, sevillano de nacimiento, siguió hablando con su particular acento desde sus cargos como vicepresidente y en los ministerios que ocupó. El político popular tampoco se tomó a mal que le hicieran protagonista de otro de los personajes de los guiñoles con su famoso «campeón». Al contrario, Arenas siempre se lo tomó con humor.
También llevó el andaluz a Madrid la que fuera ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, aunque, en su caso, no estuvo exenta de polémica. Sus declaraciones cuando dijo aquello de «antes partía que doblá» cuando le estaban pidiendo la dimisión por el escándalo de Aviaco sí que provocaron las críticas. «Maleni», como muchos empezaron a llamarla fue criticada por una diputada catalana del PP que dijo que tenía «un acento que parece un chiste» y a la que su propio partido obligó a rectificar. Una anécdota en medio de años de intervenciones de políticos andaluces que han podido expresarse con su acento más allá de Despeñaperros.
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